En Arkwright, los jugadores dirigen hasta cuatro fábricas de Inglaterra, a finales del Siglo XVIII, con el objetivo de lograr que sus bloques de participaciones sean los más valiosos cuando acabe la partida. Por ello, deben incrementar el valor de sus participaciones y comprar otras a la banca.
Cada jugador tiene un set de marcadores de acción, que les permitirán construir y modernizar las fábricas, emplear a nuevos trabajadores, mejorar la calidad, etc. En su turno, pueden colocar estos marcadores en su tablero de Administración, y pagando los costes correspondientes podrán realizar acciones. Las fábricas se activan al final de cada turno, y los jugadores deberán hacer frente a los costes de maquinaria y trabajadores, y vender los productos que hayan manufacturado, cuyo precio dependerá de la calidad y del valor de sus participaciones. Tras cuatro turnos, todas las fábricas habrán producido y la ronda finaliza.
Arkwright te permite elegir entre una gran variedad de estrategias. Distribuye tus recursos y atención entre las cuatro fábricas, o céntrate en solo dos de ellas para mejorarlas más que tus oponentes; utiliza los envíos a las colonias o realiza tus negocios en el mercado nacional. En cualquier caso, una cosa está clara: debes reaccionar a las acciones de tus oponentes y a sus estrategias, adaptándote durante la partida. Entra en mercados con déficit o deja de lado negocios con poco margen de ganancia. Compra acciones cuando están baratas… ¡y sube su precio!
Ni tener la participación más valiosa ni tener el mayor número de participaciones te asegurará la victoria: solo el jugador cuyas acciones en conjunto sean las más valiosas al terminar la quinta ronda habrá ganado.