En El Valle de la Eternidad, los jugadores son domadores que cazan varios monstruos y espíritus para domesticarlos como esbirros. En este mundo de fantasía, numerosas criaturas viven en armonía. Entre ellas, los dragones son los más valiosos y nobles, y todos los domadores sueñan con domesticar dragones. El jugador que logre domesticar a los esbirros más destacados gana.
En cada ronda, un jugador tiene tres fases:
Fase de caza: saca dos cartas del tablero de juego.
Fase de acción: realiza varias acciones, entre ellas vender cartas, domesticar o invocar cartas.
Fase de resolución: usa los efectos activos de las cartas que han invocado.
Se realizan rondas sucesivas hasta que se activa el final del juego. El juego incluye cartas de setenta criaturas de mitos de todo el mundo.